(La República 20/05/2010) Es cada vez más evidente, el desembozado apoyo que diversos sectores y grupos periodísticos vienen brindando al futuro candidato Alejandro Toledo Manrique, con la finalidad de llevarlo nuevamente a la presidencia. Bueno sería que ese apoyo fuese relievando sus cualidades y atributos, pero por el contrario y contra toda ética, lo vienen haciendo mediante una campaña sistemática de descrédito a todos los posibles rivales.
La Dra. Lourdes Flores fue golpeada al vincularla con un presunto narcotraficante, a quien tenía como cliente y ella cometió el error de incorporarse como presidenta de directorio de la empresa aérea, cargo al que después renunció; también le patrocinó, vía dudosos amparos, la importación de miles de vehículos usados, de timón cambiado y contaminantes. Según sus críticos periodísticos todo esto la descalificaba para ser candidata presidencial.
Pero cuando Lourdes Flores anunció que dejaba la carrera presidencial por la municipal, todos los ataques cesaron y los mismos detractores mediáticos súbitamente se convirtieron en ayayeros de la flamante candidata edil. Acaso la forzada importación de vehículos contaminantes no es una contradicción para las aspiraciones de alguien que quiere manejar una urbe como Lima. Pero ese argumento ya no importaba, lo que interesaba era sacarla del camino y lo lograron. El primero en festejarlo fue Alejandro Toledo quien proclamó su apoyo “a cambio de nada”.
Otra víctima es Luis Castañeda Lossio. Ensalzado hasta el delirio, festejado en sus silencios, con un efecto teflón fabricado mediáticamente, apenas anunció sus intenciones presidenciales le llovió, revirtiendo su otrora inteligente silencio en mudez perniciosa; sus obras sin precedentes en lentitud injustificada y ataques por capítulos en el área de la corrupción. Ahora le dan una caída de 23 puntos en su aprobación. Hasta alcalde nomás.
Contra el APRA, la consigna es clara: como saben que es una máquina electoral hay que desacreditarla con lo más sensible: la corrupción. De nada vale la reducción de la pobreza sin precedentes de 48 a 34,8%, ni la inauguración diaria de obras. Bastó que anunciara la intención de postular y fuera elegido como Secretario General, para que se inicie el más indecoroso e injusto cargamontón mediático, con lo que suponen haber acabado con esa opción.
La estrategia, si no fuera tan descarada, se podría decir que es inteligente: quieren inducir la segunda vuelta electoral entre Toledo y Ollanta Humala o Keiko Fujimori, creyendo así que aseguran una victoria.
Toledo desde España anuncia que dejó la mesa servida. La verdad es que a él es a quien le están sirviendo la mesa.
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