Por: Pedro Martínez Valera; Arq.
¿Quién dice que la alcaldía metropolitana es un premio ‘menor’ dentro de nuestra ‘clase’ política? Qué es mejor ahora, ¿postular con escasas probabilidades a la presidencia de la república de un país sudamericano o asegurarse con la alcaldía de su capital? Prueba de esto no sólo es Lourdes Flores Nano, que de frustrada candidata presidencial en dos ocasiones, optó esta vez por intentar ‘agarrar’ los 1,200 millones de nuevos soles al año, que es el presupuesto de nuestra Municipalidad de Lima Metropolitana.
Lo cierto es que nuestras municipalidades –en el Perú y en Sudamérica- se han convertido en verdaderas ‘Escuelas de Corrupción’, por la forma en que prácticamente se ‘asaltan’ –y de forma muy ‘profesional’- sus presupuestos públicos. Y con total impunidad y aceptación de los alcaldes de turno.
Ahora como premio ‘consuelo’ y en vista de que el presidente colombiano, Álvaro Uribe no pudo intentar una re-reelección presidencial atornillándose en el poder durante tres periodos consecutivos (2002-2014), ha optado por ‘amenazar’ a la clase política de Colombia, lanzando su probable candidatura a la alcaldía metropolitana de Bogotá.
“Me gusta una buena alcaldía de Bogotá, me gusta ver la prosperidad de esta ciudad, me gusta que la administren bien”, sostuvo Uribe. Sólo le faltó agregar que también le gusta el poder, y si viene acompañado de dinero, mejor aún. Qué lástima que al parecer no le guste al presidente Uribe, la alternancia del poder, el recambio político, la no re-elección y sobre todo, el dar la oportunidad a nuevos liderazgos políticos, no intentando ocupar una alcaldía para jugar en ‘pared’ con su ‘delfín’ convertido en presidente hasta el 2014, Manuel Santos, todopoderoso miembro del grupo familiar mediático más influyente de Colombia, cuyo estandarte es el diario El Tiempo. Juego en ‘pared’ cuyos ‘goles y beneficios’ ojalá llegasen a todos nuestros hermanos colombianos.
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